Uno de los principales debates, en el contexto filosófico de Latinoamérica, es la definición de sus ideas fundamentales. Si toda filosofía se basa en el discurrir por las preocupaciones del ser humano, sus interrogantes existenciales y sus posibles respuestas, entonces: ¿de qué va la filosofía latinoamericana? Compartimos con algunos filósofos del continente que ya no hay duda sobre la existencia de un pensamiento filosófico auténtico, pero también en franca confrontación con las imposiciones intelectuales de la colonización que –a estas alturas– ya se encuentra consolidada en muchas y variadas tendencias.
No obstante, si se trata de seleccionar una idea primera de la que se originan las demás ideas del debate filosófico en Latinoamérica, concordamos con Francisco Miró Quesada –ese gran pensador peruano– que consideraba que nuestro quehacer principal en el campo de la filosofía tenía que aglutinarse alrededor de “el ser latinoamericano”. Ese debate acerca de “el ser”, conduce a la construcción de una identidad que, según este mismo filósofo, se va fortaleciendo en el transcurrir del tiempo, desde el siglo XIX, cuando convive estrechamente con el pensamiento europeo, pero del cual se aleja, para fortalecer su autonomía de manera autodidacta, pasando por la fase de interpretación propia de los textos antiguos, hasta los inicios del siglo XX, en los que la filosofía latinoamericana se abre a dos posibilidades: convenir, con sus ascendencias europeas, en la necesidad de una sola filosofía o esforzarse por afianzar la idea de una “especificidad filosófica”, cultural e ideológicamente independiente.
Si se acepta o no, esa suerte de periodización de la que habla Miró, es un problema de enfoque y de preferencias intelectuales; sin embargo, lo que no puede obviarse es el hecho de la contextualización. Como ya dijimos, la filosofía latinoamericana es aquella que debate acerca de la naturaleza del ser que habita, sueña, piensa y sufre la región. Un ser que es diverso –a estas alturas– casi “transcultural” y así tiene que ser el pensamiento que lo identifica. De hecho, suele encontrarse autores que prefieren la enunciación, “pensamiento latinoamericano”, en lugar de llamarlo “filosofía”, por considerar que traduce mejor las formas de racionalidad de quienes habitaron y habitamos este territorio. En suma y –en respuesta a la pregunta por el título de este texto– creemos que sí existe una idea central en la filosofía latinoamericana: la pregunta por su propio ser.
Autor: Coaching y PNL
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