El desarrollo de una identidad filosófica en América Latina ha debido lidiar con una gran cantidad de dilemas que –lejos de ser superados, una vez transitadas las dos primeras décadas del siglo XXI–, aún continúan estas disyuntivas. Se trata de su subordinación al pensamiento religioso, especialmente al catolicismo y su adhesión a las ideologías políticas.
En cuanto a la religión, particularmente el cristianismo es un apéndice del proceso de conquista y colonización que marcan las manifestaciones pioneras de la filosofía en el continente. El papel de la Iglesia Católica en el campo educativo ha tenido fuerte impacto debido a que su orientación es “eurocéntrica”. Se forma para la dependencia, para la sumisión del pensamiento, de una manera que –incluso– creyéndose contestatarios, los más grandes pensadores latinoamericanos bebieron de la dominación.
La vinculación estrecha entre filosofía latinoamericana y catolicismo estaba plenamente justificada, tal cual lo estaba el lazo entre la filosofía europea y la cristiandad. Y es que –tanto la religión como la filosofía– se preguntan sobre la vida y la muerte y, en el lapso que conduce de una a otra, se interrogan sobre el amor, la felicidad, la bondad, la maldad, etc., tan filosóficos como religiosos. Siendo así, no es extraño que hayan frecuentes tensiones entre estas dos áreas del desarrollo del pensamiento, en las que –casi siempre– se imponen las religiones debido a causas que requerirían un profundo estudio.
En lo que respecta a las ideologías políticas, la filosofía se ha visto colonizada por fuertes oleadas de liberalismo, socialismo y conservadurismo. O –si se quieren utilizar viejas y controvertidas etiquetas ideológicas–, desde sus inicios, la filosofía latinoamericana se ha acercado y alejado de la izquierda y la derecha casi con idénticas fuerzas. Tan determinante ha sido esta dialéctica, que hay toda una serie de corrientes filosóficas acusadas de parcialización ideológica y, aunque lo más frecuente es que los filósofos de este lado del mundo asuman una posición de izquierda, al lado de la crítica al modelo de explotación capitalista, también se han visto importantes movimientos filosóficos reforzando los lazos de la dominación liberal.
Como corolario de esta dinámica dilemática entre filosofía, religión e ideologías políticas en América Latina, primero surgió un movimiento en el que convergían estas tres temáticas: la Teología de la Liberación –crítica y liberadora como su nombre lo indica.
Autor: Coaching y PNL
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Publicado en Diario Opinión, Machala – Ecuador (07/06/2021).