La filosofía pura o filosofía original es tenida como la madre de todas las ciencias, por eso, en un principio, sus reflexiones no eran tanto sobre la sociedad, sino –más bien– sobre el ser humano en general y su naturaleza. Para algunos autores, inicialmente la filosofía fue una ciencia metafísica, que se ocupaba de cosas que iban más allá de lo concreto, como el alma o el espíritu, y –además– fue en sus inicios una ciencia política que estudiaba las formas de gobierno: la reflexión filosófica solo se acercaba a lo social de manera indirecta.
Es real que ha habido una reflexión sobre lo social, pero ha sido indirecta. Esto es así, porque –antes de la Revolución Francesa y el Iluminismo– lo social no era un “tema científico”, debemos recordar que la sociología surgió como “ciencia humana”, justamente en ese periodo. Es allí cuando se inicia la filosofía social y sus principales temas y problemas tienen que ver con las dificultades que la sociedad empieza a atravesar como consecuencia del fin de la monarquía y de la pérdida de poder de la Iglesia Católica, así como de la aparición de la mano de obra asalariada entre otros.
A partir de ese momento se puede decir que la sociedad se convierte en un tema de la filosofía social: algunos de ellos aparecen en esa época, pero aún hoy están vigentes provocando diferentes reflexiones que procuran responder preguntas dilemáticas. Entre ellas está: ¿Qué es la sociedad? Este parece el tema filosófico principal, además es un tema que solo tiene sentido una vez que las personas comienzan a tener autonomía intelectual y se distancian del pensamiento religioso. En el contexto de esta pregunta surgen inquietudes sucedáneas que se ilustran mediante interrogantes, tales como; ¿Cuál es la naturaleza de la sociedad?, ¿cuál ha sido su proceso de formación?, ¿cómo y por qué cambia?, entre otras.
Otra incógnita contigua a la concepción de sociedad está referida a la relación entre el individuo y la sociedad. Aquí la reflexión es sobre quién influye sobre quién; es decir, en el proceso de formación de las sociedades ¿son más importantes las personas o las estructuras sociales? Según las respuestas que se elaboren frente a este tema, encontraremos filosofías colectivistas o liberales y –en consecuencia– distintas formas de entender el devenir del ser humano.
Autor: Coaching y PNL
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