Con mucha frecuencia se escucha hablar sobre el método mayéutico; y, en otros momentos, sobre el método socrático para referirnos al medio o procedimiento que Sócrates usaba para inducir a sus interlocutores hacia la búsqueda de la verdad que cada persona lleva en su interior (conocimiento de sí mismo). Ante esto, me permito una breve aclaración apoyado en dos grandes académicos –y directores de equipos de investigación– sobre historia de la filosofía: Giovanni Reale (et al.) y Peter Kunzmann (et al.).
Reale sitúa al método de Sócrates como “dialéctica” que está compuesto por dos partes: la refutación y la mayéutica. La refutación –bien acogida por quienes buscan la verdad y se declaran “ignorantes”, será motivo de malestar para los sabihondos que normalmente tienen una respuesta para todo–, es un proceso de argumentación que genera movimiento en el oyente y lo impulsa a responder para avanzar en el conocimiento de sí mismo; es decir, quien busca la verdad, la descubrirá en el proceso dialógico abierto y honesto que no oculta la limitación humana, sino que la expone para su análisis. Mientras que el segundo momento de este método –la mayéutica– se presenta como el culmen donde el discípulo conoce (pare, “da a luz”) la verdad que lleva en su interior una vez eliminadas todas las falsas ideas que poseía y las tenía como verdades fijas.
Por otra parte, Kunzmann expone que el método usado por Sócrates es el “aporético” (sin salida). Es el procedimiento en el que el interlocutor (discípulo) habla sobre lo que conoce (o cree saber) y el maestro –a través de refutaciones, sólidamente estructuradas, argumenta de forma contraria a lo expuesto– hasta llevarlo a un punto sin salida (aporía), donde el discípulo reconoce que “no sabe” y es en ese momento que se produce el estado ideal para iniciar el proceso efectivo para alcanzar el conocimiento propio que se busca: la aceptación del “no saber” es el inicio del camino hacia la verdad que –como ya se ha dicho– para Sócrates es el conocimiento propio; pero, además, incluye hacer el bien.
Por lo expuesto, si se desea “hablar” sobre el método utilizado por Sócrates para alcanzar la verdad, podemos referirnos al dialógico o aporético, pero no al mayéutico, porque es un error muy común debido a las prisas explicativas que no analizan, mucho menos argumentan.
Autor: Coaching Programación Neurolingüística
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Publicado en Diario Opinión, Machala – Ecuador (20/05/2020).